
Star Trek TNG: Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo para quedarse
Cuando hablamos de la franquicia Star Trek siempre pensamos que fue la serie original la que creó el fenómeno «trekkie» y, si bien es cierto, olvidamos que fue Star Trek TNG (The next Generation= La nueva Generación) la que permitió asentar una franquicia referente en un imaginario nuevo, el de la generación de aquellos nacidos en los 80 y posteriormente y a los que la serie original se les quedaba anticuada frente a nuevas épicas estelares como Star Wars o Galáctica.
Lo cierto es que Star Trek TNG no fue un proyecto fácil de llevar adelante, para empezar nadie en Paramount confiaba en un Gene Rodenberry que llevaba aparcado en un rincón años dándose al alcohol y cuyo temperamento era, como poco, complicado, ya que ejercía una potestad paternalista sobre todo lo relacionado con Star Trek que hacía impensable sacar una nueva serie sin su respaldo, ya que una palabra de Rodenberry podía poner a todos los fans clásicos en contra del proyecto…muy a su pesar Paramount debía contar con su beneplácito.

A esto añadamos que Paramount no estaba en disposición de producir la serie en solitario y ninguna de las «majors» quería una serie de 23 episodios por temporada (que era la duración estándar por aquél entonces) por lo que se optó por un movimiento arriesgado, lanzar la serie directamente a sindicación para garantizar la longitud de la temporada.
La serie estaba en el alambre, tan precarios fueron sus pasos iniciales que incluso a Patrick Stewart, el ya inmortal capitán Picard, fue al casting advertido de que probablemente sería un proyecto de un año, dos con suerte. De hecho el mayor miedo de la productora era precisamente ese cambio de protagonistas en TNG que ya había provocado algunas muestras de descontento entre los fans para los que un universo sin el reparto original era impensable.
Todo esto y mucho más lo cuentan maravillosamente en el documental «Chaos on the bridge» que podéis ver en Netflix, y muchas más curiosidades sobre las que me gustaría abundar en este artículo, pero por centrarnos en la serie y no en sus circunstancias no lo haré. Simplemente decir que si bien la originalidad y el valor de que un proyecto como Star Trek perdurase en el tiempo es sin duda mérito del reparto original creo que TNG dió con la tecla para que la franquicia se renovase y diera lugar a 4 películas de larga duración, 7 temporadas de televisión memorables (más otras 14 de los spin offs que derivaron: Espacio profundo 9 y Voyager, de los que hablaremos en futuras entradas) y sobre todo a un elenco que se ha ganado el cariño de muchos no sólo por su trabajo en la serie si no por su capacidad para traspasar esa aparente seriedad del universo trekkie y dejarse caer como sus propios memes en series como The big bang theory, Robot Chicken o Padre de Familia.

Una serie imperdible, en definitiva, que obtuvo 18 premios Emmy (fue la primera serie en ganar uno de estos premios siendo serie directa de sindicación) y dos premios Hugo, probablemente el premio más importante para las obras de ciencia ficción a nivel mundial. Y que aportó algo nuevo (frescura con su reparto estelar), enriqueció algo viejo (el universo creado por Rodenberry), tomó algo prestado (la imaginación de muchos para convencernos de que no todos los futuros tienen que ser epicodeprimentes y chorrapunks) y dejó algo para quedarse (La maniobra Picard).