THE NUMBER OF THE BEAST

Producido por Martin Bich y con la imagen de Eddie, el símbolo de la banda y junto a la cabeza motorizada de Motörhead, uno de los símbolos más populares del heavy metal, mostrando un aspecto más diabólico si cabe en el arte gráfico. The Number of The Beast fue también el último que grabó el batería Clive Burr, quien acabaría siendo sustituido en 1983 por Nicko McBrain. Antes de meternos en materia, repasemos lo que fue el making of de este clásico básico del heavy metal.

MAKIN OF DEL NUMBER OF THE BEAST

The Number of the Beast es el único álbum de Iron Maiden que incluye una composición de Clive Burr, y el primero con temas escritos por Adrian Smith.​ Además, Steve Harris adoptó un enfoque diferente en la composición, para aprovechar la voz Bruce Dickinson. El productor del álbum, Martin Birch, comentó: «Sencillamente no creo que [el anterior vocalista Paul Di’Anno] fuera capaz de cantar algunas de las líneas que Harris tenía en mente […] cuando Bruce llegó, se abrieron un montón de posibilidades para el nuevo álbum».​

Según varias entrevistas, Dickinson estuvo muy involucrado en la composición de varias de las canciones del álbum, en particular «Children of the Damned», «The Prisoner» y «Run to the Hills». Debido a asuntos contractuales con su anterior banda, Samson, Dickinson no podía tomar parte en ninguna de las composiciones para el álbum​ y sólo podía realizar «contribuciones morales», lo que significaba que podía influir en algunos temas, pero no realizar grandes contribuciones como para obtener créditos de composición. La grabación y la mezcla del álbum fue completada en tan sólo cinco semanas.

La prensa musical contó que durante la grabación en los estudios Battery, sucedieron fenómenos inexplicables, como que las luces se encendían y apagaban sin motivo aparente y el equipo de grabación se rompió misteriosamente.​ Estos incidentes llegaron a su clímax cuando el productor Martin Birch accidentó su coche contra un autobús lleno de monjas. La factura de la reparación de su automóvil fue de 666 libras esterlinas.

La grabación de este álbum estuvo envuelto en una serie de enigmáticos sucesos: Las luces del estudio se encendían y se apagaban solas, el equipo de grabación se rompió misteriosamente, se oían voces que no procedían de ninguna parte…. El colmo de estos extraños incidentes se produjo cuando el productor Martin Birch sufrió un accidente de tráfico, al chocar con un autobús de monjas cuando se diría al estudio. La factura de la reparación de su coche ascendió a exactamente 666 libras. Finalmente, Birch terminó abonando 670 por si acaso.

1 – INVADERS

The Number of the Beast arranca con un ritmo machacón que se va revolucionando hasta que termina por estallar, dejando como resultado un tema rápido y enérgico, el cual nos deleita con una serie de riffs potentes y virtuosos junto a una voz alucinante que le va como anillo al dedo a la canción. 

La letra describe un asalto de los vikingos contra los sajones, quienes terminaron siendo asesinados en una lacónica y sangrienta batalla. Lo cual casa perfectamente con el ritmo acelerado del tema, ya que todo parece pasar tan rápido que, antes de que te des cuenta, los «poderosos hombres del norte» han acabado con todos.

Curiosamente, el autor de la canción, Steve Harris, declaró que «Invaders» no era lo suficientemente buena y que «debería haber sido reemplazada por algo mejor, sólo que en tan poco tiempo no teníamos nada para sustituirla. Tuvimos el tiempo justo para hacer lo que hicimos y eso fue todo».

2 – CHILDREN OF THE DAMMED

The Number of the Beast prosigue con un compás lento y sosegado, que se dispara en el estribillo para el lucimiento vocal de Dickinson. Pasado el ecuador del corte, el ritmo se enfervoriza con una sucesión de riffs armónicos y galopantes, mezclados con un solo de guitarra demente y con unas entonaciones de Bruce que invitan a corearlos como si no hubiera un mañana.

La lírica se basa en el film El pueblo de los malditos’ de 1960 y en su secuela Los hijos de los malditos’ de 1964, las cuales está basadas a su vez en la novela ‘The Midwich Cuckoos’ (1957) de John Wyndham.​ Sin embargo, nos años después, Bruce Dickinson mencionó en una entrevista para BBC Radio 6 que «Children of the Damned» fue inspirada por la canción «Children of the Sea» de Black Sabbath.

3 – THE PRISONER

Una cadencia lenta pero potente de batería da paso a unas guitarras pesadas que se aceleran acorde avanza el track, a las que se le suman un rosario de solos ciertamente inspirados y un estribillo coreable en vivo, dejando como resultado un corte veloz que habla sobre la individualidad, la rebeldía y la libertad.

La canción se inspiró en la homónima serie inglesa de culto; e incluye el speech inicial con el que arranca el primer episodio. El mánager de Iron Maiden, Rod Smallwood, telefoneó al creador y protagonista de la serie Patrick McGoohan para pedir permiso para utilizar el diálogo; éste aceptó tras conocer que sería utilizada por una banda de rock. Como dato curioso, cabe añadir que el grupo grabaría más tarde otra canción inspirada en la serie: «Back in the Village» incluida en el álbum Powerslave.

4 – 22 ACACIA AVENUE

El track se inicia con un riff trepidante sobre el que asentará buena parte de la canción. El giro musical que aparece en el puente es una maravilla, y la montaña rusa que se desarrolla a continuación es un regalo para los oídos, con unos solos que dejan unos pasajes memorables y una versatilidad vocal de Bruce digna de mención; que la convierten en una de las piezas destacadas del álbum.

Se trata de la continuación de Charlotte the Harlot, perteneciente al primer LP. En aquella canción (escrita por Dave Murray) se describía el dolor que le producía a un hombre tener a una prostituta como novia. En el tema que nos ocupa, los Maiden daban a conocer su dirección: «22 Acacia Avenue», al tiempo que recriminaban a la mujer su modo de vida.

Charlotte es un personaje recurrente en la discografía de La Doncella, puesto que volvió a aparecer más adelante en otra canción: “Hooks in You”. La última vez que se supo de ella, fue en el videoclip de «From Here to Eternity», en el que se encontraba sentada en la parte trasera de la moto de Eddie.

La canción fue escrita por el guitarrista Adrian Smith varios años antes, cuando era miembro de la banda Urchin. Según Smith, Steve Harris recordó haber escuchado este tema en un concierto de Urchin y la modificó para incluirla en The Number of the Beast.

5 – THE NUMBER OF THE BEAST

El corte comienza con una cita del libro del Apocalipsis de San Juan, que es narrada por Barry Clayton empleando una voz tenebrosa muy similar a la Vincent Price. Esta introducción anuncia el advenimiento de la bestia y hace alusión a su número: 666. A continuación unos fantásticos acordes van cogiendo terreno al mismo tiempo que Bruce nos sumerge en una historia intrigante mediante susurros. Poco a poco va subiendo la entonación y el tema se va convirtiendo en un polvorín sonoro. Hasta que finalmente estalla junto a un grito desgarrador de Dickinson, lo que da luz verde a toda una montaña rusa de riffs veloces, cambios de ritmo vertiginosos, solos virtuosos y un estribillo con gancho.

El tema nos habla acerca de un hombre que sueña que está en el infierno, con gente haciendo rituales y sacrificios satánicos. Al principio, él cree que debe informar lo que está sucediendo a las autoridades, pero eventualmente, siente que no puede escapar de todo lo que él cree que es un sueño y al final advierte que regresará siendo más fuerte. 

La canción está basada en una pesadilla que tuvo el bajista Steve Harris, tras haber visto la película: ‘La Profecía II’, a altas horas de la madrugada. Además, el fundador de la banda afirmó que las letras también fueron influenciadas por el poema Tam o’ Shanter de Robert Burns. La banda fue acusada de satánica por los mojigatos cristianos de turno, debido a que, entre otras cosas, en el estribillo del Number of The Beast nombran la cifra 666, el número del diablo.

6 – RUN TO THE HILLS

El corte abre con un ritmo de batería seguido de unos acordes juguetones a los que se adapta la voz de Bruce. La intensidad va in crescendo progresivamente hasta que la canción rompe, lo que da paso a una aceleración en la cadencia de la composición y a un estribillo con gancho, que pronto se verá acompañado por los vertiginosos solos de Dave; y al que se le suma un breve pasaje muy coreable para luego retomar el estribillo con un grito heavy inmortal que remata el temazo.

La temática aborda la conquista de los indígenas americanos por parte de los ingleses, siendo una de las canciones más populares de la banda y una de las más representativas del álbum The Number of the Beast. Como dato curioso cabe mencionar que este sería el primer single de Iron Maiden con su nuevo cantante, Bruce Dickinson.

7 – GANGLAND

Una batería acelerada abre el camino a unas guitarras pesadas que van cogiendo ritmo conforme avanza el track. Lo cierto es que hay pocas variaciones musicales en comparación con el resto de composiciones del álbum, dejando como resultado un corte veloz, potente pero sin el gancho de las otras pistas.

Este corte describe el miedo y la incertidumbre de la vida en 1930 en una tierra de gansters tipo Al Capone. También podría hacer referencia al Londres de los años 60, una época oscura ya que la ciudad fue testigo del imperio criminal de los gemelos Kray, los mafiosos más célebres de Inglaterra.

8 – TOTAL ECLIPSE

The Number of The Beast continúa con un ritmo lento y pesado que se va engorilando rápidamente en las estrofas, hasta llegar a un estribillo tan contundente como melódico. Pasando del ecuador de la canción en adelante, hay todo un juego de contrastes, en el que se mezcla un solo frenético de Murray con unos acordes sosegados.

Este tema no fue incluido con el primer lanzamiento del álbum, sino como cara-B (en su lugar se incluyó Gangland), pero más tarde la banda lamentó esa decisión. En consecuencia, se la incluyó en la remasterización que tuvo el disco en 1998.

La letra trata acerca del fin del mundo causado por un desastre ecológico. Aquí se nos habla de una madre naturaleza moribunda por la acción del ser humano. Sin embargo, este castigo se revertirá hacia esta especie destructiva.

9 – HALLOWED BE THY NAME

The Number of The Beast finaliza con un temazo que a la postre se convertiría en uno de los más aclamados por los fanáticos de la Doncella: Hallowed Be Thy Name. La canción arranca con un tempo lento para después ir aumentando progresivamente la frecuencia. Bruce Dickinson hace gala de su versatilidad vocal en las dos partes, lenta y rápida. La pieza supone una montaña rusa de giros musicales, solos virtuosos y pasajes que ponen la piel de gallina.

La canción describe los pensamientos de un hombre momentos antes de dirigirse a la horca. Si bien afirma que no teme a la muerte, al final crea un contrapunto entre la realidad de la existencia y su consecuencia final en la muerte. La enjundia de la letra llega a cuestionar el valor de verdad que comúnmente se le asigna a la vida, afirmando que la vida mundana es sólo ilusión y que sólo en la «otra» vida podría encontrarse la verdad. En la coda final, el hombre es ejecutado.

La canción traería problemas a la banda unas décadas después de su publicación, debido a un conflicto de propiedad intelectual. Concretamente, cinco frases de “Hallowed Be Thy Name” son prácticamente calcadas a otras de “Life’s Shadow”, pieza del grupo de rock progresivo británico Beckett de 1974. Harris y Murray contactaron secretamente con uno de los compositores acreditados, Robert Barton, y resolvieron el asunto… por un tiempo. Ya que otro de los compositores de la canción, Brian Ingham, demandó a Iron Maiden por su parte de los beneficios de la canción. Por lo que La Doncella no toca este tema desde 2017.

EL TOUR ‘THE BEAST ON THE ROAD’

The Beast on the Road fue una gira de conciertos de la banda británica de heavy metal Iron Maiden, que tuvo su inicio en 25 de febrero de 1982 al 10 de diciembre de 1982, en soporte al álbum musical The Number of the Beast, éste álbum y el grupo fueron tachados de satanismo por la temática de la canción homónima; como la portada del álbum, (en la que se ve el icono Eddie the Head con una marioneta del Diablo, y al Demonio con una marioneta del mismo Eddie. Realizaron más de 180 conciertos en apenas ocho meses.

Las acusaciones de los conservadores también se basaban en que este corte comenzaba con una cita del libro del Apocalipsis de San Juan. Esta introducción anuncia el advenimiento de la bestia y hace alusión a su número: 666. En cualquier caso, Iron Maiden alcanzó unas altas cuotas de popularidad, debido tanto a la calidad del álbum, como a las falacias vertidas sobre la banda.

¿The Number of The Beast te ha despertado el interés por la dicografía de Maiden? ¿Te apetece una incursión por la cultura maya? No te pierdas nuestra crítica del disco The Book of Souls.

Reseña
Instrumentales
9
Letras
8
Trabajo vocal
10
Canciones
8
Producción
9
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Genio, millonario, playboy, filántropo... entre una serie de cosas que ahora no se me ocurren. Libre pensador a tiempo parcial, friki a tiempo completo. Soy una mala influencia para usted y Co-fundador de @CKatarsis
the-number-of-the-beast-criticaExisten estímulos inperecederos asociados a las experiencias que te marcan de por vida. Uno de ellos es el álbum The Number of The Beast de Iron Maiden. Estamos ante el disco en el que se produjo el debut de su garganta de hierro por excelencia, Bruce Dickinson, el revulsivo definitivo para que la banda eclosionara a lo largo y ancho del viejo continente. Las letras narran hechos históricos como un asalto de los vikingos contra los sajones o la conquista de los indígenas americanos por parte de los ingleses. Denuncian la acción destructiva del ser humano sobre la madre naturaleza y nos hablan acerca de sobrevivir bajo el reinado del Hampa, sueños apocalípticos, y de los pensamientos de un hombre camino de la horca. También contienen sus homenajes a la película 'El Pueblo de los Malditos' y a la serie británica de culto 'The Prisoner'. 666 es el número de la Bestia, con el que “La Doncella de Hierro” selló su dominio mundial, y con el que cambió para siempre el guión del heavy metal.

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