Ray Donovan – Un placer seriéfilo oculto en las sombras

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RAY DONOVAN – UN EFICAZ TRABAJO EN LA SOMBRA

En los años más recientes, la que está siendo conocida como la edad de oro de las series, es complicado elegir una referente: Breaking Bad, The Wire, Los Soprano, Juego de tronos… Más difícil aún es que una serie, fuera de EE.UU., pueda destacar con esos referentes enfrente y, sobre todo, con menor atención mediática, tanto de público como de premios. Por todo esto, al menos a mí, entiendo -aunque también me extraña un poco- que una serie como Ray Donovan pase tan de puntillas, siendo como es, y salvando las distancias con las demás, uno de los mejores dramas de los últimos años, tan sutil como violento, tan adictivo como absorbente, un híbrido entre un moderno McGyver y problemas familiares y policíacos dignos de Breaking Bad.

Estrenada en 2013 y con cuatro temporadas a sus espaldas, a la espera de una quinta, esta creación del productor Ann Biderman (Southland) arranca con la salida de la cárcel de uno de los dos personajes claves para el éxito y la legión de fans que conocen la serie: Mickey Donovan, interpretado por Jon Voight, quien ha dejado de ser conocido como el padre de Angelina Jolie para volver a tener nombre propio en el mundo audiovisual, totalmente rejuvenecido y recuperado para la labor de actor a partir de este papel, el de un viejo gángster irlandés de Boston, alcohólico, mujeriego e imprevisible para bien y para mal, quien acaba de cumplir una injusta pena de prisión de 20 años y que sale para ver de nuevo a su familia y tratar de ajustar cuentas con su hijo, el otro gran  artífice de la calidad del show y protagonista absoluto indiscutible del serial: Ray Donovan, un Liev Schreiber que, aunque encasillado en papeles de tipo duro a raíz de su papel como hermano de Lobezno en X-Men Orígenes, sabe darle al personaje el carisma suficiente para descubrirnos a una especie de mercenario a sueldo del star system de Hollywood y Los Ángeles que, bajo una elegante fachada, esconde un pasado y presente lleno de traumas, problemas familiares, sociales y una obsesión implícita en tenerlo todo bajo control, incluso su familia, en su intención de protegerla. Hay que destacar, además, el sorprendente buen hacer del actor en su descubierta faceta de director, pues firma la realización de algunos de los episodios de la serie.

TODO POR LA FAMILIA SIN LA FAMILIA

Con dilemas morales propios de series tan mitificadas como Los Soprano o la ya mencionada Breaking Bad, Ray Donovan se sustenta y apoya principalmente en sus dos personajes antagónicos, un frío y perfecto Ray y un dicharachero y problemático Mickey, quienes no obstante se rodean de un elenco familiar de secundarios que, en general, cumple y ayuda a desarrollar el turbio y complejo universo de los Donovan, aunque sus subtramas puedan resultar más planas y repetitivas que la historia principal, estructurada con un guion lleno de detalles y giros de guion que harán las delicias de los más puristas.

En ese clan, destacan la esposa de Ray Donovan, Abby (Paula Malcomson), y los hermanos de este, Terry (Eddie Marsan) y Bunchy (Dash Mihok), encargados de un gimnasio de boxeo. La primera intenta cargar con la casa y los dos hijos de la pareja, con problemas de comunicación, mientras los demás tratan de afrontar sus problemas: la soledad y los síntomas del parkinson en el caso de Terry, y en el de Bunchy, las secuelas de abusos sexuales cuando era pequeño a manos de un sacerdote. A ellos se suman los mencionados hijos de Ray (Kerris Dorsey y Devon Bagby) y una serie de familiares y personajes recurrentes que conforman una tensa y lograda atmósfera corrupta, de trapicheos, mediadores, en la que puede pasar cualquier cosa en cualquier momento y donde se paga muy bien a quien es capaz de lavar la imagen de quien lo necesita: millonarios, productores, músicos, actores… De todos ellos, hay que destacar a Hank Azaria, más conocido como la voz de muchos de los personajes de Los Simpson (Moe, Apu, Wiggum…) y recurrente a partir de la segunda temporada, con un Emmy de Mejor Actor invitado a sus espaldas por este papel. Además, actores famosos y consolidados como James Woods o Elliot Gould dan mayor presencia a la serie.

IN CRESCENDO

Al igual que los espejos de otras series en las que se mira, el que con su primer capítulo es el mejor estreno de una serie en la historia de la cadena Showtime (responsable de Homeland o Billions, entre otras) comienza despacio en su primera entrega para ir cogiendo velocidad y adrenalina en su segunda y tercera temporada. No obstante, la competencia en la pequeña pantalla y el hecho de que no termine de ser redonda, enfocada como decimos principalmente a raíz de dos personajes, hace que le falte algo, aunque sea poco, para estar en el Olimpo histórico de las series. Aún así, llama la atención su ausencia entre las nominadas habituales a Mejor Drama en premios como los Emmy y los Globos de Oro, galardones a los que sí acuden sus dos actores fetiche: Liev Screiber, como eterno nominado por su protagónico, y Jon Voight, quien sí se pudo llevar a casa el Globo de Oro a Mejor Actor de Reparto en 2013.

Actualmente, sus cuatro temporadas están disponibles en Movistar +, mientras la quinta entrega del solucionador de problemas más eficaz de la televisión actual está prevista para este verano. Si queréis una serie que os resuelva el aburrimiento, no lo dudéis: llamad a Ray.

Reseña
Argumento
8
Factura técnica
8
Actuaciones
7
Banda sonora
8
Dirección
7
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Me gusta el cine, leer, las series, quedar con los amigos y descubrir nuevas aficiones.
ray-donovan-placer-oculto-en-las-sombrasRay Donovan nos ofrece una historia con tintes que recuerdan a Breaking Bad o Los Soprano: un personaje oscuro que busca redimirse y proteger y sacar adelante a su familia, por conflictiva y complicada que sea. En este caso, un solucionador de problemas al estilo del más clásico cine negro pero modernizado, al servicio de lo más podrido del star system de Hollywood. Salvando las distancias, estamos ante uno de los mejores dramas de los últimos años. Sin embargo, se sustenta en exceso en las interpretaciones de sus dos estrellas, Liev Schreiber y Jon Voight, quienes, por otra parte, están impecables en sus respectivos roles. El resto del reparto funciona bien pero de forma más irregular, como muleta de una historia principal que con el tiempo termina interesando mucho más que sus subtramas.

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