Podemos: cómo gobernar para los de abajo siendo parte de los de arriba

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UNIDAS PODEMOS

Al principio el gobierno de coalición me parecía una gran estrategia por parte de Unidas Podemos al haber conseguido entrar siendo un partido con pocos escaños y con unos ministerios que, a simple vista, podría parecer que estarían capacitados para hacer muchas cosas que los morados prometían, como acabar con la publicidad de las casas de apuestas. Sin embargo, la realidad es muy diferente, presionan e intervienen muchos otros actores políticos y sociales.

Podemos en sus inicios representaba a los movimientos sociales y se alejaba del eje de izquierda-derecha, estableciendo un nuevo cleavage diferente a la de la izquierda tradicional que diferenciaba entre propietarios y trabajadores para diferenciar entre los de arriba (ellos) y los de abajo (nosotros), con un discurso populista que colocaba al «pueblo» como sujeto hegemónico. Y los movimientos sociales, a diferencia de los partidos políticos, estos no se fían de las instituciones y sus fines no son la búsqueda por el apoyo electoral, como los partidos políticos.

El partido es víctima del juego democrático. Con un discurso más parecido al de un movimiento social que al de un partido político tras tratar de ser transversal e ir “contra los de arriba”, las contradicciones aparecen ahora que forman parte del gobierno.

Si realmente quisieran presionar al PSOE para nacionalizar las eléctricas o crear una empresa pública, ¿por qué no amenazan con abandonar el gobierno e ir a elecciones? Probablemente porque saben que chocarían con otro fracaso electoral. Aunque el CIS dé una ligera subida a Unidas Podemos, es iluso pensar que una disputa así, que provoque ir a elecciones, va a animar al electorado de izquierdas a acudir a las urnas.

No solo es un partido con poca fuerza, sino que además su futuro es incierto y se arriesgan a perderlo todo. Sin embargo, ¿y si llegan a conseguir presionar lo suficiente? Hay mucho más que ganar dentro del gobierno que fuera, desde un punto de vista estratégico como partido. Aunque a estas alturas, con todo lo que ha subido la factura de la luz, el gobierno de coalición muy difícilmente logrará satisfacer las demandas de quienes han estado viendo cómo todos los días subía la luz. De hecho, el gobierno ya ha actuado, pero las familias continuarán pagando y las previsiones apuntan a que septiembre será el mes más caro de la historia.

Sus votantes, acostumbrados a un partido que prometía tanto, es posible que sus expectativas estén muy bajas de aquí en adelante si no consiguen hacer algo que haga que merezca la pena volverles a votar.

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