NÁUFRAGOS EN LAS COSTAS DE LA OPULENCIA
Soy un náufrago en las costas de la opulencia
Hichados los ojos rompen el emblema de lo precario
Transtorno en aire porque es salado
Y escribo lleno de llagas sobre una balsa informe
Repleta de desconocidos hermanos
Qué largos se hacen los poemas en este mar de náufragos
Por encima de esta pirámide vuelan las mariposas
Mientras los íncubos siguen disipando dudas
En este matadero
Llega una ola larga
Como un candado de rostros conocidos
Y en la playa disimulan su sorpresa
Unos pocos escogidos
Llega el mar oblícuo
Una mancha imposible de nuevos nacimientos
De eternos féretros flotantes
De nuevos Ulises que jamás volverán a Ítaca
Porque ya no existe
Vemos innumerables pegasos de pelaje sucio
Volar sobre nuestra inmóvil presencia
Y una pléyade de esclavos alza sus manos
Para que su soledad no les delate
Qué largos Pero qué largos se hacen los poemas
Sobre los vástagos del hombre
Un horizonte negro se suelta de mi mano
Y mi imaginación me hunde de océano en océano
Qué largos los segundos
El salitre de espera
El mareo constante de petición y súplica
La arena en los ojos como un sarpullido
Y un éter distante que acaba conmigo
Qué largo todo instante
Qué poco ímpetu
Qué sacrificio
El alma se inflama
Porque en el estómago arden teas de prisa
Y bajo el agua de este estanque
El rubor del que tiene sed
Se mezcla con el ahogado
Y los colores ya no son los mismos
Que eran con el brío
¿Es que ya no queda gente que increpe al gran ahogador?
¿Dónde queda la nostalgia de una historia incompleta
Cuando los gatos defecan de cuclillas
Sobre los restos de comida que nos lanzan desde la borda de un barco
No sabiendo si somos pececillos de plata
O sólo ganado recién adquirido?