Napoleón Bonaparte-De la cumbre a la decadencia
Napoleón Bonaparte dirigió y lideró las tropas de Francia durante la Revolución Francesa y principios del siglo XIX. Fue considerado como uno de los mejores militares de todos los tiempos. El emperador de los franceses era un auténtico comandante y militar durante la Revolución Francesa y principios del siglo XIX. No obstante, se desbarató debido a su obsesión por la victoria. Fue duramente derrotado en Waterloo en 1815 y abdicó como Emperador de Francia. Seis años más tarde, falleció en Santa Elena el 5 de mayo de 1821.
Los inicios de Napoleón Bonaparte
Napoleón Bonaparte nació el día 15 de agosto de 1769 en Ajaccio, Córsega, Francia. Él pertenecía a una familia noble y poderosa de clase alta. Sus padres se llamaban Carlo Buonaparte y Letizia Ramolino. Antes de su nacimiento, el estado francés compró Córsega a los genoveses, por eso, su nombre italiano. Un año más tarde, los corsos se enfrentaban contra los franceses por su independencia.
A los nueve años, logró una beca para estudiar en la Academia Militar de Brienne. Así se formó como militar y aprendió muchas cosas importantes. Permaneció en Brienne hasta los quince años. Durante este período de tiempo, Napoleón era visto como un chico extraño y extranjero. Sin embargo, sacó su orgullo y garra para demostrar su valía. Y así lo consiguió. Poco después, puso rumbo en una Academia de París para perfeccionar su técnica de lucha, con la misión de participar en batallas en un futuro no muy lejano. A los 16 años, se alzó con el Título Oficial de Militar que le sirvió como trampolín para ingresar en el mundo de las batallas.
Éxitos en Italia y relación con Josefina
En 1789, la Revolución Francesa comenzó, justamente cuando coincidió con la muerte de su padre, Carlo y de su estancia en Valence. Napoleón continuó fiel a su estilo en el ejército corsa. Más tarde, se alió con la facción afrancesada y el líder del movimiento independencia de Córsega se fijó en sus verdaderas cualidades de combate. No obstante, la cosa acabó en tensión y su familia se sintió obligada a desplazarse a Marsella en 1793 aproximadamente. La familía Bonaparte tuvo muchos problemas económicos, que Napoleón se encargó de solucionar, ingresando al ejercito francés con la condición de capitán. Un extraordinario logro para él.

La fama del emperador de los franceses aumentó y venció en La Batalla de Tolón donde derribó a los ingleses. A partir de este instante, su carrera estaba en auge y en crecimiento. En 1795, estalló La Batalla contra los monárquicos en el que se llevó la victoria en las calles parisinas. Durante esta época, fue nombrado Comandante del ejercito francés en Italia, y por casualidad conoció a una preciosa dama llamada Josefina de Beauharnais. Se casaron en 1796, aunque el pueblo francés pensó que lo realizó por negocio y por la fama de Napoleón.
Napoleón se marchó a Italia para dirigir al ejercito francés, pero sus soldados no estuvieron en condiciones de batallar, ya que iban mal vestidos y se alimentaban mal. Sin embargo, el coraje de Napoleón se fortaleció y nunca se rindió. Guió a los franceses hacia el triunfo frente a los austriacos. Los lugares donde ganaron fueron Lodi, Arcole y Rivoli entre 1796 y 1797. Tras su espectacular ejercicio en Italia, Napoleón volvió a Francia y lo recibieron como un héroe en las batallas. También, fue considerado un conquistador.
En 1798, se embarcó hacia tierras egipcias, con la intención de conquistar Egipto, situado en el norte de África. Eso provocó que Gran Bretaña se uniera con Egipto y Rusia, pero Napoleón fue más intuitivo y retornó a Francia. Él se encontró con una inestabilidad política, y con las infidelidades de Josefina, aunque siguieron con su relación y matrimonio.
Derrota total de Napoleón
El día 9 de noviembre de 1799 fue el día en el que Napoleón llegó al estrellato. Se convirtió en el Primer Cónsul de Francia después de un golpe de estado. Con este puesto, adquirió poderes que lo hacían un rival muy difícil de batir, pero no imposible. La obsesión aumentó en Napoleón hasta que Josefina se cansó de él y se divorció. Josefina retorno a su antigua vida y país. Napoleón no tardó en encontrar a su nueva pareja y esposa. Se llamaba María Luisa, archiduquesa de Austria y tuvieron su primer hijo llamado Napoleón II. Ya estaba obsesionado con el poder y con el triunfo. El emperador de los franceses tenía una increíble obsesión para gobernar que le hizo desestabilizarse. Napoleón alcanzó el clímax.

El imperio napoleónico empezó a decaer poco a poco y el sistema continental que evitó cualquier negocio con Gran Bretaña. Con esta maniobra, la economía británica se desbarató, también la de sus aliados. Fue una actitud repugnante por parte de Napoleón, que lo acabó pagando caro con las derrotas en España y Portugal en 1812. En 1815, planteó una última estrategia en Waterloo, aunque la no le quedaban ideas ni argumentos para llevar a cabo una sólida estrategia. Cayó derrotado en Waterloo (Bélgica) en 1815 y más tarde, fue exiliado en Santa Elena donde falleció el 5 de mayo de 1821.
Fuente: Web de Canal de Historia