Libertad de expresión en la música – ¿Un espejismo en España?

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Libertad de expresión en la música - Un espejismo en España - Creative Katarsis

LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA MÚSICA

La Libertad de expresión en España está ahora mismo en entredicho. El retiro de la obra ‘Presos Políticos’ de ARCO por parte de IFEMA, el secuestro del libro Fariña, la condena por un montaje sobre Cristo, tuiteros y titiriteros acusados o encarcelados por supuesto «enaltecimiento del terrorismo», la investigación de un drag queen por vestirse de virgen y Cristo crucificado, o que humoristas hayan sido imputados y/o juzgados; han hecho que nuestro país se encuentre bajo la lupa europea. En este artículo vamos a centrarnos concretamente en la restricción tan descarada que está viviendo el mundo de la música en el Estado Español.

La dictadura franquista convirtió España en un páramo intelectual; en el que el arte y la cultura estuvieron sometidos bajo el férreo yugo fascista. Tras la muerte de Franco, llegaron movimientos contraculturales como la movida madrileña o el posterior rock radical vasco, cuyas letras terminaron siendo proféticas en ciertas cuestiones. No olvidemos que varios artistas de diferentes generaciones como Javier Krahe, Fermín Muguruza o Soziedad Alkoholika han sido censurados en el pasado, y actualmente ciertas políticas del PP han supuesto unos recortes de libertades que se van exacerbando con el paso del tiempo, sobre todo en el sector musical.

El paranorama hip-hop estatal es el que se ha visto más azotado últimamente, ya que raperos como Pablo Hassel y Ciniko, Ayax y Prok o La Insurgencia han sido denunciados, multados, censurados o condenados por sus respectivas líricas. El caso más sonado es del rapero mallorquín Valtònyc, condenado a tres años y seis meses por enaltecimiento del terrorismo, calumnias e injurias graves a la Corona; quien se ha convertido en el primer músico fugado de la Justicia española por las letras de sus canciones.

Cabe recordar que dos MCS maños, Kase.O y Ossian, convocaron hace dos semanas una concentración en apoyo a Valtònyc en Zaragoza (a la que acudieron cerca de mil personas) para protestar por la sentencia con respecto al rapero mallorquín, y por los continuos recortes en libertades que se viven en el Estado español.

En el vídeo que viene a continuación los raperos muestran su disconformidad ante esta sentencia desproporcionada, ya que pueden no gustar las letras de Valtònyc ni compartir sus mensajes, pero meter en la cárcel a una persona por sus canciones es propio de dictaduras. Máxime cuando en España aún hay ladrones de guante blanco en libertad. Titiriteros, tuiteros, raperos… de seguir así, cualquiera de nosotros podríamos ser los siguientes (siempre y cuando no seas de derechas, claro).

Un caso estrambótico es el de César Strawberry, cantante de la banda de rap-metal: Def con Dos. Tras prestar declaración por el contenido de unos tuits en los que decía «añorar a los GRAPO», Strawberry quedó en libertad. Dos años después y pese a que la Audiencia Nacional le absolvió, la Fiscalía recurrió la sentencia ante el Supremo, que terminó condenándole a un año de prisión.

También cabe resaltar el caso de Evaristo Páramos, exvocalista de La Polla Records y actual cantante de Gatillazo, quien dio un concierto en el Festival Primavera Trompetera de Jerez de la Frontera (Cádiz). Al terminar, agentes de la Guardia Civil se aproximaron a él, lo acompañaron al backstage, le pidieron que se identificara, tomaron sus datos y le hicieron algunas preguntas por unos supuestos insultos que el cantante profirió a la policia tras su actuación. Ahora se expone a una multa de 540 euros, justo la cantidad que exige el nuevo delito de falta de respeto a la autoridad, introducido por la ley de Seguridad Ciudadana.

Resulta muy significativo que Evaristo tuviese en sus inicios (en los que se «salía» de una dictadura) más libertades que en la actualidad. Cada vez nos vamos pareciendo más a un país como Turquía, dados los datos que estamos exponiendo. Este retroceso de libertades tiene el objetivo de instaurar la autocensura. La peor de todas, ya que consiste en que la persona no manifiesta su verdadera opinión por temor a las consecuencias. El mayor peligro de la autocensura es que al reprimir estos sentimientos o imágenes en palabras o arte, luego broten en forma de odio o violencia contra uno mismo o contra los demás. 

De modo que no es de extrañar que la prensa internacional como The Guardian, apunte en una noticia que el rapero español que debía ir a la cárcel (en alusión a Valtònyc) se compromete a “desobedecer al estado fascista”. Alguno, como el francés Mediapart, incluso señala que en España se está llevando a cabo una “política punitiva” contra sectores políticos y sociales y especialmente los artistas. A lo que hay que sumar que Amnistía Internacional y ‘The New York Times’ han criticado el retroceso de libertades que se está dando en nuestro país.

Por otro lado, la Eurocámara ha lanzado el trámite para investigar si España vulnera el derecho a la libertad de expresión. La plataforma ‘No Callarem’, que defiende a artistas como Valtònyc, asegura que el Estado incumple la Carta Europea de los Derechos Fundamentales. Es indignante la doble vara de medir que existe en este país, en el que se recorta la libertad de expresión a ciertos artistas, mientras que, por ejemplo, un locutor de radio como Jiménez Losantos puede decir barbaridades estando en antena con total impunidad. El Gobierno debería revisar el artículo 20 de la Constitución, el mismo que habla sobre libertades de expresión y de información, en vez de estar tan obcecado en el 155.

La imagen es propiedad de La Sexta.

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