LA PRIMERA PURGA – PERO, ¿ESTO ES FICCIÓN?
Cuando realizó su segundo largometraje, La purga, con Ethan Hawke y Lena Headey, nadie esperaba que James DeMonaco iniciara una de las sagas más destacadas de los últimos diez años, sobre todo viendo un thriller con tintes de terror moderno, distópico y de extraños que pretenden asaltar una vivienda con sus ocupantes dentro. Una historia autoconclusiva en el fondo de la que poco más se podía aprovechar. Cinco años y una trilogía completa después, ha llegado la cuarta en discordia, la precuela que da origen a toda la historia: La primera purga: La noche de las bestias.
Con más altibajos y discurso que sus predecesoras y menos acción que disfrutar, y sin el misterio de la trama del que gozaban las otras entregas, supone un buen entretenimiento y aperitivo propio al plato fuerte que se espera dentro de poco. Porque lo que ha hecho grande a esta saga es el contexto en el que se ubica. Admitámoslo, por separado ninguna de las cuatro es más que un entretenimiento para un rato.
En conjunto, ese trasfondo en el que durante una noche todos los crímenes son legales, en un país estadounidense con todas las características menos deseables de la era Trump, aporta una carga de crítica social y política que hace que La purga sea algo más que una serie de películas: un referente cultural para su audiencia, que piensa si algún día esta medida puede hacerse real y si podría haber alguna forma de evitarlo.
Entrando a analizar esta última parte, lo que conocemos tras haber visto las tres anteriores no es un secreto para nadie, y aunque el guion, sin complicaciones ni sorpresas destacables, y con algún que otro agujero y momento sacado de la manga, se centra en gangsters y pandillas para tratar de mantener la atención del espectador, se echa en falta la variedad de violencia y de situaciones de peligro de la que presumían las tres anteriores películas.
En definitiva, se echa en falta la mano de director de James DeMonaco, creador de la saga, esta vez relegado a guion y producción. Gerard McMurray, su sustituto, se centra en hacer un blockbuster con sus fallos típicos y tópicos, más pendiente del mensaje y de asemejar la realidad a la era en que vivimos.
El reparto, coral, tiene esta vez un par de personajes sobresalientes, de los más memorables de la saga, como son la pareja protagonista, y que imprimen la fuerza que quizá se hubiera necesitado en alguna de las otras entregas. Un trabajo correcto el de Y’lan Noel y Lex Scott Davis, a los que la parte técnica – efectos especiales, vestuario – envuelve y permite salir airosos en sus interpretaciones, y compensan el hecho de que a otros actores, por ejemplo a Rotimi Paul – Skeletor-, se les vea sobrepasados y en ocasiones sobreactuados. Como ya se ha indicado, la parte técnica no eclipsa a la trama y deja un buen espectáculo, aunque menor que otras veces.
Por tanto, os recomendamos ir a verla si sois fans de la saga y queréis pasar un buen rato. Para lo que se ha visto ya en esta historia y lo que os puede ofrecer La primera purga, tampoco necesitáis más que eso: purgar vuestras ansias de evadiros. A continuación, podéis echar un vistazo al tráiler de la película.
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