LA EDUCACIÓN DE LAS PALOMAS TORCACES
Hay que ver cómo patalean los fluidos del viento
Cómo sostienen en sus manos de palmera
Los gemidos desatados por todos los rincones del planeta
Hay que ver cómo visten la memoria
Amordazada de amianto
Corroida por las farolas de su pulcritud
Un excremento más masticado a diario
Hay que ver cómo el miedo toma cara de paloma
Y enseña a los hombres a orinar al cielo
Con rictus de leyenda
Y las luces que se apagan
Y jamás volverán a ser encendidas
Vuelven a los ojos
Para ser sugeridas una y otra vez
Porque el proyector del recuerdo
Sabe de cómplices que con su sola presencia
Obedecen órdenes de arriba
Y los filósofos se escurren
Por un trópico de cicatrices
Se olvidan en estanterías libres de polvo
Donde solo juegan los escarabajos del poder
Y los niños se ofenden en sus juegos infantiles
A solas saben que les están engañando
Y la luz en los bajeles les lleva
A un horizonte de esclavismo y espectro
Así cobijan en nuestros corazones
La imposibilidad del cambio
Nos someten a interminables horas de lectura
De sus libros sagrados
Hasta que los párpados sangran
Las manos sangran
Y la misma sangre se embota
Sin posibilidad de enmienda
¡Ah la educación ecuacional de las palomas torcaces!
Como un florero lleno de sabia hedionda
¡Ah el consuelo desafecto!
La cordura por los suelos
El elixir de la envidia por doquier
Mira cómo comen los enjaulados
Cómo se divierten en sus carrozas
Cómo lucen el estrépito de su prisa
Y cómo se masturban en secreto
Para procrear un eucaliptos de espuma
Hay que ver cómo nos mueven el cerebro
Destapado y sin esencias
Cómo nos conducen del cinto los borrachos
Y cómo respondemos a sus demandas
Sirviendo bien la mesa
Y presentando nuestro corazón
En una bandeja de plata.