La dictadura de la belleza y las redes sociales

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La dictadura de la belleza

LA DICTADURA DE LA BELLEZA

Desde pequeños hemos sufrido infinidad de complejos. Ni hombres ni mujeres se libran de la dictadura de la belleza. Los complejos pueden variar a lo largo de nuestra vida, pero en general, siempre tenemos algún complejo. La dictadura de la belleza, desde siempre, ha afectado mucho más a las mujeres. Ellas sufren más las consecuencias de los cánones de belleza de nuestra sociedad.

El sociólogo Weber afirmaba que nuestra cultura determina nuestra ética. Es decir, nuestra cultura nos dice cómo debemos comportarnos. Esta lógica también se puede aplicar a la dictadura de la belleza: nuestra cultura, o lo que es lo mismo, nuestra sociedad; nos dirá cómo deberíamos ser físicamente.

Si usamos la lógica llegamos a la conclusión de que lo normativo sería lo que la mayoría pudiese alcanzar, en otras palabras, es guapo quien se acerque a lo que la mayoría es físicamente. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Lo normativo no es lo más común sino lo que nos han enseñado desde pequeños. Si observamos a nuestro alrededor, veremos que la mayoría no cumple con los estándares de belleza.

Según el cirujano plástico Julio Terrén, la razón es simple: «Las revistas, los anuncios de televisión, las películas… muestran ideales de belleza prácticamente inalcanzables para la mayoría de las personas. Varios estudios demuestran que la imagen corporal, la autoestima, y los patrones de alimentación se ven afectados negativamente por lo que se ve y se escucha en los medios.»

Las mujeres están más expuestas a este tipo de mensajes, según un estudio realizado por  Silverstein, Perdue, Peterson y Kelly. Ellas están más sexualizadas y son usadas en mayor medida como reclamo. El periodismo deportivo destaca mucho en este aspecto.

A pesar de esto, los hombres cada vez tienen más complejos, con la diferencia de que tienden a callar por miedo a ser juzgados. Según Tyler Kingkade, periodista de Huffington Post: «la masculinidad contemporánea no permite que un hombre admita que su físico no es el ideal, ni mucho menos. Nos iría bastante mejor si los hombres pudieran ser más abiertos sobre sus propias inseguridades, si aceptaran las imperfecciones de sus cuerpos, sin miedo a violar las normas no escritas de la masculinidad.»

La dictadura de la bellezaLa belleza la dicta los medios de comunicación, el cine, la publicidad, etcétera. Pero estos últimos años ha surgido un nuevo medio que tiene mucho más peso entre los jóvenes: las redes sociales. Un estudio de la Universidad Saint Andrew de Escocia lo ha demostrado.

La imagen que transmitimos a través de nuestras redes sociales no es más que la imagen que queremos dar de nosotros mismos. Es nuestra marca personal, nuestra forma de «vendernos» a los demás. Cuando un usuario sube una foto a Instagram siempre será la mejor foto que se ha hecho durante ese día, y por qué no, hasta retocada en muchas ocasiones o aprovechando la iluminación a su favor y procurando que se noten menos sus defectos. Muchos influencers se han ganado la vida así.

Es innegable que la imagen que intentamos transmitir a través de las redes sociales es una farsa, pero hay una esperanza: el ciberactivismo. Nosotros mismos podemos ser la posible solución a los complejos físicos, todos podemos hacer activismo en internet. Se puede colaborar publicando fotografías enalteciendo nuestros complejos, normalizándolo. Y de paso, apoyando a las personas que lo hacen.

Como dijo Jennifer Barreto-Leyva, directora de la Revista Belleza XL: «Se trata de visibilizar lo que se ha escondido y querido tapar durante décadas, las realidades del cuerpo humano y del ser humano: orientación sexual, estrías, celulitis, acné, sobrepeso, enfermedades…». Ese era el objetivo de la Revista Belleza XL por su campaña ‘Body Positive’.

Algunos internautas acusaron a esta campaña de promover la obesidad entre las mujeres. Mucha gente parece fijarse solo en la salud física sin tener en cuenta la salud mental, la cual es también muy importante. Eso sí, las críticas solo van si se trata de obesidad y mujeres.

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(La imagen destacada pertenece a BuzzFeed). 

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