El discurso del Rey sobre Cataluña – Echando más leña al fuego

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El discurso del Rey sobre Cataluña - Creative Katarsis

EL DISCURSO DEL REY SOBRE CATALUÑA

Ayer no fue nochebuena, ergo no estabas cenando y hablando con tu familia, haciendo caso omiso al habitual discurso navideño del monarca que suele emitirse en televisión en esa fecha tan entrañable. En esta ocasión, Felipe VI se pronunció sobre la complicada situación en Catalunya tras el 1 de octubre (menos mal que Soraya Sáenz de Santamaría dijo que «no ha habido referéndum, ni apariencia de tal»). Se trataba de un mensaje muy esperado pero… ¿cumplió con las expectativas? El discurso del Rey sobre Cataluña ha sido analizado por un servidor; y en este artículo voy a compartir mis impresiones generales al respecto.

Cabría esperarse una misiva inspiradora y tranquilizadora que calmara un poco las aguas turbulentas sobre las que navega este asunto, al mismo tiempo que tendiera puentes que condujeran al inevitable diálogo por ambas partes, ya que los asuntos de Estado deberían ser resueltos de esta manera y no mediante el uso de la fuerza. Por desgracia, el comunicado institucional extraordinario del jefe del Estado no reunía estas características como veremos en el resumen que viene a continuación, en el que vamos a destacar lo más importante.

El Rey cargó sin ambages contra los independentistas catalanes e hizo una defensa de la Constitución y de la «permanencia de España». También empleó una retahíla de epítetos despectivos como «Situación de extrema gravedad», «Deslealtad inadmisible» o «Conducta irresponsable» para censurar a los gobernantes catalanes. «Se han situado al margen de la ley y la democracia» y «Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada», lamentó el Rey y quiso lanzar un mensaje a «todos los catalanes», aunque en realidad se dirigió a aquellos que se oponen a la independencia: «No estáis solos».

ANÁLISIS DE EL DISCURSO DEL REY SOBRE CATALUÑA

El discurso del Rey sobre Cataluña neutraliza cualquier posibilidad de diálogo para solucionar esta crisis. Su sesgo político se posiciona claramemente a favor del modelo de la derecha (PP y Ciudadanos) para gestionar este conflicto enconado y, por ende, en contra de las propuestas llevadas a cabo por Podemos y de la petición que hizo Pedro Sánchez a Mariano Rajoy para que dialogue de forma inmediata con Puigdemont. Es decir, no se abogó por el diálogo para la resolución del problema. Solo se echó más leña al fuego.

El alegato de Felipe VI no fue lo imparcial que cabría esperarse, ya que en él no hubo cabida para los 900 heridos del 1 de octubre según la Generalitat, ni tampoco se hizo mención alguna a que durante esa jornada se usaron pelotas de goma que estaban prohibidas (ya que se habla tanto de ilegalidades, vamos a decirlas todas) eximiendo así de toda responsabilidad al Gobierno más corrupto de la Unión Europea. No olvidemos que la prensa internacional criminaliza a Rajoy por el 1-O y lo han tildado como «La vergüenza de Europa». Por último, cabe mencionar que el rey tampoco habló de la enorme movilización pacífica del 3 de octubre contra las cargas policiales del 1-O. 

Con respecto a la Constitución, no conviene olvidar que los políticos que dicen que el referéndum catalán es anticonstitucional, son los mismos que reformaron el art. 135 que prima pagar los intereses de la deuda a gastos sociales. Por lo tanto, la Carta Magna es reformable y además debe adaptarse a los ciudadanos que dice representar y no al revés. Sobre todo cuando ahora mismo no responde a la realidad social de una parte del territorio español. Y no dice mucho a favor de nuestra calidad democrática que la Constitución no permita una consulta a un pueblo para que decida sobre su propio futuro. ¿O es que es cierto eso de que está todo atado y bien atado?

Con respecto a la cascada de adjetivos peyorativos dirigidos al gobierno catalán, es curioso que también se les puede atribuir al Gobierno español. El PP también es culpable de «esta situación de extrema gravedad» porque no han hecho nada para reconquistar a Cataluña. Se han cerrado en banda ante las veces que se les ha solicitado un referéndum de secesión, ya que todas ellas han sido denegadas. Y cabe recordar la hipocresía de los populares cuando en 2006 Rajoy pidió un referéndum sobre el Estatut pero votado por toda España. «Esta es la voz de los ciudadanos, señoría, y es muy fácil escucharla y conviene hacerlo” declaró, a la sazón, el líder de la oposición. Once años después, la segunda ya tal.

El discurso del Rey sobre Cataluña no incluye al PP en esa “Conducta irresponsable” que ha quedado demostrada en esa pasividad superlativa y en esa negación supina que también nos han conducido a esta preocupante situación. Y cuando todo empeoró, ordenaron detenciones masivas en Cataluña y registros de sedes políticas y medios de comunicación. También requisaron urnas, papeletas y otros peligrosos objetos con los que se perpetran «golpes de Estado». Y luego actuó con violencia sobre ciudadanos pacíficos por el mero hecho de ejercer su derecho a voto. Claro que no debería de extrañarnos viniendo de los artífices de la Ley Mordaza.

El discurso del Rey sobre Cataluña - Creative KatarsisEl discurso del Rey sobre Cataluña contiene palabras contraproducentes para el monarca como «Deslealtad inadmisible», ya que el Rey no se ha mostrado públicamente tan implacable con su propia familia cuando ésta se ha saltado la ley (véase el caso de su cuñado y su hermana) por no hablar que tampoco haya criticado los recortes sociales, los desahucios o que haya dado un toque de atención a los gobernantes puesto que hay artículos fundamentales de la Constitución que no se respetan desde hace ya tiempo. De hecho, es un buen momento para recordar estos 10 artículos incumplidos de la Constitución española.

¿Esto quiere decir que la Generalitat ha hecho las cosas bien? ¡Para nada! La oligarquía catalana ha promovido un referéndum anticonstitucional, además de contradecir los criterios de la Comisión de Venecia del Consejo de Europa, que marca unos plazos mínimos de vigencia de las leyes reguladoras de una consulta (para que pueda producirse un debate ciudadano suficiente) y unos criterios reglados compatibles con el ordenamiento jurídico. Y por si fuera poco, no ha sido aprobado por la mayoría de dos tercios del parlamento autonómico que permite iniciar una modificación estatutaria. Además, se han vulnerado trámites parlamentarios básicos. Ha sido un procedimiento chapucero.

Tanto al PP como a Convergència les está viniendo de perlas esta crisis que han montando para que no se hable de sus respectivas corrupciones. Tampoco se está hablando de los 60.600 millones de Euros perdidos por el rescate bancario, ni del futuro de los jovenes, ni de las pensiones que cada vez están perdiendo un mayor poder adquisitivo; entre un largo ectétera de asuntos sociales relevantes. CIU lleva años pactando con el PP y el PSOE y todos han precarizado sueldos y han privatizado los servicios públicos. Y para más inri, la irresponsabilidad de ambos gobiernos han producido un enfrentamiento entre los ciudadanos cuando es un asunto que deben resolver los políticos porque es su trabajo.

La Monarquía ha desaprovechado un momento clave para poder aportar ideas en la resolución de un conflicto de esta índole. Si Rajoy es el mayor fabricante de independentistas, Felipe VI lo es de republicanos. Su discurso ha sido vacuo en lo que a autocrítica se refiere, estéril, puesto que no aporta ninguna solución, y nada acertado; ya que este soliloquio amenazante solo supone seguir intentado apagar el incendio con gasolina. El nivel de desafección en Cataluña va en aumento y ahora mismo sería conveniente que ambas partes negocien un referéndum vinculante, explicando a la población catalana las consecuencias de una independencia, y que el pueblo decida porque se supone que es soberano y del que emanan los poderes del Estado.

POSDATA: El discurso del Rey sobre Cataluña ha llamado la atención también por un detalle que aparecía al fondo del despacho. Allí estaba el retrato de Carlos III pintado por Mengs. El plano solo dejaba ver la parte inferior del cuadro, de tal forma que parecía que de fondo había una porra. En realidad es un bastón de mando. Pero sí, a primera vista parecía una porra… muy acorde con lo que ocurrió el 1 de octubre en Cataluña. Lo cierto es que Valle-Inclán, Berlanga e Ibáñez fueron unos visionarios al retratar en sus obras a este país tan surrealista.

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