EL DIÁLOGO
La transición española fue una complicada etapa que nos llevó a una reconciliación, y ese sería el objetivo final que hay que alcanzar para solucionar el conflicto catalán: la reconciliación. Sin embargo, los ciudadanos estamos pagando las consecuencias de unos políticos que no están a la altura de la situación. A eso sumado que estamos en una constante campaña electoral donde cada partido político busca su propio beneficio, y es que, confrontar a catalanes con el resto de España da muchos más votos que insistir en un diálogo.
Aunque el discurso a favor de un diálogo pueda sonar ‘buenista’, no es el argumento más aceptado. Por una parte, los no independentistas apuestan por hacer frente a los separatistas con duras penas y represión, y por otra parte, los nacionalistas catalanes solo aceptan como única opción un referéndum pactado y Quim Torra amenaza con continuar por el camino de la ilegalidad con otro referéndum para el 2020. Ambas partes rechazan el diálogo de una u otra manera, aunque los separatistas crean que su vía sea el diálogo, realmente no lo es.
Durante las protestas en Cataluña hubo violencia, por parte de los protestantes y también por muchos casos de desproporcionalidad de violencia policial y aporreos a periodistas. Por alguna razón, algunos antidisturbios no sabían diferenciar entre manifestantes y periodistas, aunque éstos últimos llevasen casco, chaleco y cámara. Y parece que a algunos políticos les cuesta condenar todo tipo de violencia ocasionada por estos disturbios. Todos estos políticos están metidos en sus trincheras y no quieren salir, se creen que queremos combatir.
Hemos llegado hasta aquí por judicializar un problema político. Un conflicto que desde el principio se debería de haber abordado por medio del diálogo para no convertir esto en una guerra de banderas.
Se ha reprimido a la gente en dos ocasiones: cuando votaron pacíficamente en el referéndum ilegal y en estas últimas protestas, se ha llevado a cabo la DUI, el 155, el discurso del Rey echó más leña al fuego y se han encarcelado a los líderes independentistas, ¿qué más queda ahora por hacer? La única vía posible ahora mismo es el diálogo, eso o continuar con esta absurda guerra de banderas.
[…] seducir a aquel votante que se deja llevar por el odio más irracional. Aún cuando es evidente que el diálogo es ahora mismo la única alternativa […]