Desmitificar a los superhéroes en 8 series (y 1 película)

El gran éxito de la serie The Boys (analizada en un artículo anterior) nos ha abierto los ojos a nuevos aspectos de los superhéroes que hasta ahora no se nos habían mostrado. Pero esto no es del todo cierto. Aunque la serie de Amazon ha sabido encontrar el momento idóneo para realizar una revisitación crítica y paródica del género superheroico, otras series ya intentaron, con mayor o menor éxito, desmitificar a los superhéroes.

No Heroics (2008)

Serie británica de 6 episodios donde podemos ver el día a día de 4 superhéroes de segunda que se acaban reuniendo en un pub de «capas» llamado The Fortress, el cual tiene tres simples reglas: No Masks, No Powers, No Heroics (sin máscaras, sin poderes, sin heroicidades).

Ya lo dice el mismo título, sin heroicidades. Esta serie despoja todo el glamour heroico a estos «capas» y nos muestra a unos perdedores envidiosos de segunda, egoístas, patéticos, perdedores en general.

Es interesante destacar la figura de Excelsior, un «capa» exitoso como una estrella del rock, pero que tras su fabulosa fachada heroica no deja de ser un hipócrita, un matón y un prepotente. Muy similar a los «supers» que hemos visto en The Boys.

The Tick (2001)

The Tick, La Garrapata, es una parodia de un superhéroe creada en los cómics por Ben Edlund. Él es como una versión superheroica de Don Quijote, donde únicamente existe la imagen ideal de superhéroe pero que se da de bruces con la realidad.

En esta primera versión en imagen real de la serie, en palabras del creador del personaje, es «un retrato superheroico de genuina debilidad humana».

Cancelada tras 9 episodios, esta sit-com nos muestra a un grupo de héroes en un cruce entre Seinfeld y el Batman de Adam West. Vemos el día a día de estos justicieros, la cotideanidad de la vida real, su burocracia, y como choca ésta con The Tick, la idea de superhéroe de un niño de 8 años.

The Tick (2017)

Esta segunda versión de La Garrapata se mantiene fiel al personaje, pero deja de ser tan paródica y pasa a tomarse algo más en serio a sí misma.

Con algo más de acción la serie cuenta la historia de Arthur, un contable sin poderes e inseguro, quien se ha dado cuenta de que un supervillano dirige la ciudad en la sombra. En su intento de destapar la conspiración acabará formando equipo con un extraño superhéroe azul. 

En esta serie sigue existiendo la parodia y por extensión la desmitificación del superhéroe, sobretodo por el quijotesco The Tick. Pero al aumentar el drama le confiere ligeramente algo de épica a la historia que cuenta.

Powerless (2017)

No es estrictamente una serie de superhéroes. Esta sit-com de DC, cancelada en su primera temporada, narra las visicitudes de una empresa subsidiaria de Empresas Wayne, encargada de fabricar productos que puedan ayudar a la gente corriente a mitigar los daños colaterales de los enfrentamientos entre superhéroes y supervillanos.

Aunque esta serie se centra más en un mundo empresarial (muy similar a Better Off Ted, comedia que si no has visto ya estás tardando en hacerlo) que un mundo donde los superhéroes son reales; también muestra el punto de vista de la gente corriente y las consecuencias que sobre ella tienen las batallas superheroicas, sobretodo en la cabecera de la serie.

Powers (2015)

Basada en un cómic Brian Michael Bendis sobre un cuerpo del departamento de policía encargado de lidiar con los casos que involucran a los «powers» (la forma que tienen aquí de llamar a los superhéroes). Y la verdad es que resulta poco fiel al mismo tanto en la forma como en el fondo.

En esta serie, a nivel desmitificador de los superheroico, habría que destacar el hecho de plantear a los «powers» como un problema (como también vemos en The Boys). Además es interesante como refleja la psicología de algunos de estos «powers», sobretodo la figura del protagonista, un antiguo «power» quien tras perder sus poderes trabaja como inspector de policía.

Misfits (2009)

Serie británica que podríamos calificarla de superhéroes sin ser de superhéroes (básicamente por no estar basada en ningún cómic). En ella un grupo de jóvenes problemáticos realizando servicios para la comunidad son golpeados por un rayo durante una extraña tormenta eléctrica y comienzan a desarrollar superpoderes.

Realmente no sigue el esquema de nuestros héroes luchando contra algún villano, sino que son un grupo de adolescentes problemáticos que deben lidiar con el marrón de tener unos superpoderes que no acaban de enteder y que les acaba provocando más problemas que soluciones. Es por eso que ha acabado incluida en esta listado.

The Umbrella Academy (2019)

Estrenada unos meses antes que The Boys, esta serie trata de una familia de antiguos héroes infantiles, que se separaron y han crecido por separado. Reunidos ahora por el funeral de su padre, deberán dejar de lado sus diferencias y reunirse nuevamente para proteger al mundo de una inminente amenaza apocalíptica.

En un principio esta historia, similar a los X-Men, no parece que desmitifique mucho el concepto del superhéroe. No obstante el hecho de que la serie se centre en los traumas de los protagonistas después de haber pertenecido a un grupo de superhéroes famosos, y su forma poco exitosa de lidiar con ello, permite que se le considere lo suficientemente desmitificadora.

Doom Patrol (2019)

Otra serie de este año con un grupo de superhéroes, con el patriarca (o mentor) desaparecido, en una mansión, y que forman una familia más bien disfuncional.

Pero precisamente estos mismos antihéroes, una buena dosis de rotura de la 4a pared por parte del villano y, sobretodo, la forma de contar la historia (en un tono macarra y enarbolando la bandera de la diferencia y no tomándose en serio a sí misma), es lo que rompe el concepto superheroico clásico. 

Mystery Men (1999)

Actualmente película de culto, adelantada a su tiempo y que fue un fracaso en taquilla, es, junto a No Heroics, la mayor sátira del género superheroico.

La premisa de la historia es sencilla, un grupo de ineptos superhéroes amateurs deben intentar salvar el día cuando un supervillano amenace con destruir al mayor superhéroe y a la ciudad.

Pero se da nuevamente el protagonismo a estos ineptos héroes secundarios (que no acabas de saber si realmente tienen algún tipo de superpoder), y a la vez se deja al Capitán Asombroso, el superhéroe más famoso y glamuroso, como un personaje que en el fondo es un vendido (si incluso tiene el traje esponsorizado como un mono de Fórmula 1) y un hipócrita.

Conclusión

De este repaso de series (y película) podemos sacar en claro que no hay nada como el humor y la parodia para acabar con cualquier intento de mitificación de nada. Tal vez por ello sea siempre lo primero que se suele recortar o limitar en los ataques a la libertad de expresión.

No dudéis en dejarme en los comentarios otras series (o películas) donde nos quiten la venda de lo superheroico y que me haya podido dejar.

La imagen que ilustra la portada del artículo es de Greg Guillemin, un artista que ha retratado en multitud de obras y exposiciones la vida secreta de los héroes.

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