Recientemente, un hilo publicado en el Twitter de METALLICA removía los cimientos de la música de nuevo. James Hetfield, el guitarrista, cantante y uno de los principales compositores de la banda, volvía a rehabilitación para intentar, una vez, más librarse de sus adicciones. METALLICA se ha convertido, a lo largo de los últimos cuarenta años y por derecho propio, en una de las bandas de referencia dentro de la música en general y del metal en particular. Han sido ya cuatro décadas metidos en una vorágine desde que comenzaron a principios de los años 80’s como una banda de cuatro melenudos inconformistas, entre los que militaba su bajista CLIFF BURTON. Hubo otro antes, y varios después, pero CLIFF, nuestro CLIFF, fue una de las figuras claves de la banda.
A Note from Lars, Kirk, and Rob
We are truly sorry to inform our fans and friends that we must postpone our upcoming tour of Australia and New Zealand.
(1/6)
— Metallica (@Metallica) September 28, 2019
¿QUIÉN ERA CLIFF BURTON?
CLIFF BURTON nació como Clifford Lee Burton el 10/02/1962 en Castro Valley, California. Imbuido y educado por sus padres en la filosofía y cultura hippie, su padre lo describía como un niño tranquilo e inteligente; normal a excepción de que siempre fue él mismo y nunca hizo lo que hacían los demás si él no quería. A los seis años comenzó a tomar clases de piano lo que cimentaría su carrera musical posterior. Cuando tenía 13 años, su hermano mayor falleció de un aneurisma cerebral, lo que llevó al joven CLIFF a empezar a tocar el bajo y a tomar clases de dicho instrumento. Quería ser el mejor bajista como homenaje a su hermano fallecido. Si bien comenzó de manera dubitativa, al poco tiempo empezó a mejorar de manera notable, llegando a superar a su profesor, por lo que saltó a tomar clases con el músico Steve Doherty, que le amplió el repertorio a otros estilos musicales, como el jazz o la música clásica.
Después de dar tumbos en varias bandas locales, acabó tocando en un quintento llamado TRAUMA, banda con fuertes influencias de IRON MAIDEN. Sobre 1982, BURTON estaba tocando con la banda en el Whisky a Go Go de Los Angeles, cuando entre el público, otros dos músicos se fijaron en el bajista que meneaba su melena rojiza como un poseso mientras abrumaba al personal con su personalísima técnica de tocar el bajo. Aquellos alucinados observadores eran James Hetfield y Lars Ulrich, miembros fundadores de METALLICA, y desde aquel momento decidieron echar a su bajista de entonces, Ron McGovney, para robarle el bajista a TRAUMA.
CLIFF BURTON EN METALLICA, LOS AÑOS DORADOS.
Una vez que el bueno de CLIFF se incorporó a la banda, empezaron a tocar y vieron que la cosa fluía. Cerraba filas Kirk Hammett a la guitarra solista y entre todos compusieron el álbum que cambió el curso de la música en los 80’s. En aquellos años se estaba librando una batalla no cruenta en la escena angelina, entre bandas de Glam Metal (MÖTLEY CRÜE, RATT, etc) y las bandas que, frente a la blandura de los primeros buscaban recrudecer el sonido, con METALLICA a la cabeza. “Kill’em All” vio la luz un 25 de julio de 1983, lanzado por Megaforce Records. El disco no era más que un refrito de una de las maquetas anteriores de la banda, “No Life ‘till Leather”, con un par de temas añadidos más y un solo de bajo cortesía de CLIFF BURTON llamado “(Anesthesia) Pulling Teeth”.
El tema ya es toda una declaración de principios por parte del recién llegado CLIFF: aúna la distorsión heredada de Lemmy de MOTÖRHEAD con el virtuosismo de Geddy Lee de RUSH. Bien es cierto que no tiene una estructura definida y es casi una improvisación: en cada toma que puedas encontrar de este tema, verás que cada vez que CLIFF lo tocaba, lo hacía de una manera distinta, manteniendo truquitos como el tapping y el uso del pedal de Wah-wah. Pero sobre todo, por el asunto de que el recién llegado tuvo las santas gónadas de imponer sus criterios: se iba a incluir ese solo en el álbum, y así ha quedado como uno de sus más importantes legados, pero no sería el único.
El contraste es obvio en este video de 1983: las pintas muy heavy metal de los 80 del resto de miembros – vaqueros ajustados, cinturones de balas, muñequeras… muy arquetípico. CLIFF, por el contrario, mantenía una actitud aprendida de sus padres, unos hippies que le inculcaron el amor por los pantalones de campana. Por aquellos años, METALLICA utilizaba mucho las Gibson Flying V, guitarras de afilados acabados en forma de punta de flecha, mientas CLIFF BURTON tocaba un Rickenbacker 4001, un bajo de estilizadas y redondeadas formas, lo que le conferiría la imagen con la que pasó a la inmortalidad del recuerdo de todos los metaleros del mundo.

A partir de ese momento, METALLICA empezaron a subir como la espuma. La banda se cohesiona y empiezan a mejorar como músicos. El primer álbum es todavía muy Heavy Metal, a pesar de su sentimiento y de su sonido innovador: es rudo, sucio y callejero con un ataque bombardero de bateria (cortesía de Ulrich inspirado en Phil “Animal” Taylor de los MOTÖRHEAD), el doble ataque guitarrero Hetfield – Hammett (cedido o tomado de los duelos guitarreros de Tipton-Dowing de JUDAS PRIEST). Por entonces, el disco era demasiado punk para los heavys y demasiado heavy para los punks, pero no dejó indiferente a nadie y sentó la piedra angular del nuevo género, el THRASH METAL, y del nuevo sonido, el BAY AREA CRUNCH.
Por fortuna, CLIFF BURTON era una persona con excelentes capacidades musicales y el único en la banda que era capaz de escribir música como tal. Hetfield desarrolló una mano derecha increíble y fue el padre de todos (o casi todos) los celebérrimos riffs de METALLICA, Kirk Hammett empezó a ganar fama como uno de los mejores guitarristas de la escena Thrash y Lars era la fuerza bombeante e imaginativa detrás de las timbalas. Pero CLIFF, era CLIFF el que llevó a la banda hacia el siguiente nivel. Porque el 27 de julio de 1984 salta al mercado el segundo álbum, “Ride the Lightning” y se nota el cambio.
Del sonido más garaje del anterior, saltamos a un sonido mucho más limpio y pulido. Se mantiene la velocidad y la agresividad del “Kill’em All” pero aquí todos brillan en una nueva dimensión, explorando territorios más complejos y temas más lentos y elaborados, como “Fade to Black” o quizá uno de sus temas más redondos de todos los tiempos, “Creeping Death”. De nuevo, BURTON brilla por todos los lados y tiene otra intervención que escribe con letras de oro en la historia de la banda. La instrumental “The Call of Ktulu” (originalmente titulada “When Hell freezes over”) tiene por un lado, un componente dramático que mantiene la tensión a lo largo de sus casi nueve minutos; por otro, la brillante intervención del bajo y por último es la introducción por parte de CLIFF al resto de la banda a la imaginación de H.P. LOVECRAFT. De hecho, repetirían referencia al escritor en el siguiente álbum, en el tema “The Thing that should not be”: basado en el relato “La sombra sobre Innsmouth” (1931), contiene también uno de los pareados más famosos del ermitaño de Providence:

La banda disfrutaba de las mieles del éxito multitudinario y de la realización del sueño del Rock: sexo, drogas y R’n’R. De hecho, de aquellos tiempos vienen los desmanes etílicos que llevaron a la banda a ser conocida como ALCOHOLICA: hablamos de dos botellas de vodka diarias y chorrocientas mil cervezas, multitud de groupies en las duchas, un Hammett que no recuerda muchos de aquellos días, pero a la hora de subirse al escenario…
MASTER OF PUPPETS, el legado de CLIFF.
METALLICA se habían convertido en una fuerza irrefrenable, habían saltado de los garajes de la soleada Frisco a la primera división de los grandes estadios, pero lo mejor (y lo peor) estaba por llegar. Entre septiembre y diciembre de 1985 grabaron junto al productor Flemming Rasmussen lo que, aún a fecha de hoy, es considerado su obra maestra: “Master of puppets”, publicado por Elektra Records el 3 de marzo de 1986. METALLICA ya habían dado el aviso en su opus anterior “Ride the Lightning”, pero aquí, en este disco se encumbraron al Olimpo de la Música. Mucho del metal actual gira sus ojos hacia ese disco y sueña con conseguir grabar algo parecido.
Fue METALLICA junto con las otras tres bandas que conformaron THE BIG FOUR los que definieron la música Thrash. Fue METALLICA la que escribió el decálogo perfecto, definitivo y definitorio con “Master of Puppets”. Fue SLAYER, en concreto, la banda que le dio cierre y puso una pesada losa sobre el estilo con “Reign in Blood” (no se ha grabado todavía nada parecido); fue ANTHRAX los que abrieron puertas y lo mezclaron con otros estilos (con el Hip-hop, por ejemplo, y si no, escúchate el “Bring the Noise” junto a PUBLIC ENEMY). Fue MEGADETH la venganza edípica de Dave Mustaine sobre sus antiguos compañeros de banda (fue expulsado de METALLICA, oh, paradojas de la vida, por alcohólico y abusos de otras sustancias).
Después de su consagración con el “Master of Puppets”, METALLICA inicia una gira mundial como teloneros de un OZZY OSBOURNE en horas bajas. Después del concierto en Estocolmo, la banda parte hacia Copenhague en un autobús de pasajeros, no acondicionado para un grupo de música. La noche del 26 de Septiembre de 1986, CLIFF BURTON y KIRK HAMMETT dilucidan donde dormiría cada uno mediante un juego de naipes. El bajista sacó un as de picas, lo que hace que duerma en el lugar que iba a ocupar el guitarrista que se va a descansar a la parte delantera del autobús. Sobre las 06:30 de la mañana del día 27, el conductor pierde el control del vehículo y este da una serie de vueltas hasta que cae de costado, con la mala fortuna que nuestro querido bajista salió despedido por la ventana en uno de esos giros, quedando aplastado por el bus.

La banda quedó conmocionada, y en un serio impás que planteaba la continuidad de la misma. Habían perdido a uno de sus miembros más queridos, a un hermano para el resto de los miembros de la banda y a un referente para el mundo del metal. Pero como ellos mismos habían escrito en su canción “Whiplash” del “Kill’em All”: “Life out here is raw / But we will never stop / We will never quit / ‘cause We are METALLICA” Sí, nunca pararemos, porque somos METALLICA. A modo de homenaje – uno de los muchos que se le rindieron al pelirrojo bajista – se publicó un año después un video casero con un montón de grabaciones realizadas por los fans de la banda, titulado “CLIFF’EM ALL”. Destaca por su estilo completamente amateur, con unas imágenes granulosas, desenfocadas y un pésimo sonido, pero allá por donde mires, en cada fotograma, palpita el corazón de CLIFF BURTON.
¿Quieres saber cómo continúa la banda sin CLIFF? Accede a la segunda parte de este post.
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