TARANTINO, TÚ ANTES MOLABAS
Aquí van cinco argumentos contra Tarantino. Pero hay que darle las gracias a este hombre. En una época de franquicias interminables y películas con menos personalidad que Ryan Gosling echando la siesta después de tomar una cerveza sin alcohol al menos Quentin Tarantino sigue empeñado en ser un Autor.

Es un hombre que ama el cine de verdad y sabe mucho de cine de verdad. A Tarantino le gustaría hacer películas a imagen del cine que ama, le gustaría ser Sergio Leone. El problema es que no puede, porque no sabe. Carece del talento necesario para ser un buen narrador y al final ha conseguido ser un segundo Woody Allen: adorado por sus fans que lo defienden de todo mientras su mejor cine queda cada vez más lejos. Cada una de sus películas, más vacía que la anterior.
Como diría Lovecraft, escribo estas líneas mientras Ellos golpean mi puerta. No me queda mucho tiempo antes que los fan(áticos) del director de Tennessee me alcancen. Estas son las 5 razones por las que el cine de Tarantino me parece un quiero y no puedo:
1. PULP FICTION NO MORE
Seamos justos. Pocos autores igualan la obra que les da la fama. Tarantino no tiene la culpa de eso. Pero cuando esa obra está en los principios de tu carrera, el problema es mayor. Pulp Fiction es una película divertida y que se sintió fresca (¡mira, Travolta! ¿ese no era el macarra que bailaba?). Su estructura inspirada en Rashomon y cuajada de referencias cinéfilas se sintió diferente y aguanta bien el paso del tiempo.
Sin embargo, ya anuncia dos problemas que lastrarán el resto de las películas tarantinas (sí, todas): el triunfo de la forma sobre el fondo (apenas hay contenido, narración ni historia en sus películas que no pudiera narrarse en diez minutos) y El Vacío (no, nos referimos a Pedro Sánchez). Es decir, las pelis de Tarantino nos muestran todo lo que a Tarantino le mola (pies, Bruce Lee, pies, sangre, pies) pero no nos cuentan NADA. Y encima los fans esperando que estavezsísalgaunPulpFiction pero no, nunca, nunca nunca más. Veamos el siguiente de los cinco argumentos contra Tarantino.
2. DIÁLOGOS QUE SON SÓLO RUIDO
Lo sé, se supone que son el punto fuerte de Tarantino. Pero va a ser que tampoco. Un buen diálogo nos ayuda a conocer a los personajes, a empatizar con ellos o a participar de los arcos argumentales de la historia, a hacerla nuestra y que nos importe lo que ocurre en la pantalla. La medida en que un diálogo hace esto y la personalidad con la que lo logra definen la calidad del mismo.
Esto no debe confundirse con hablar deprisa. Porque eso es lo que los personajes de Tarantino hacen: suelen hablar rápido y con mucho estilo y, cuando no saben qué decir dicen fucking fuck y, muy importante, ponen cara de a) intensidad b) distancia irónica c) cansancio de la distancia irónica y que es como admitir la derrota de que nada de lo que dicen realmente importa.
Aquí tenemos dos ejemplos de diálogos que SÍ hacen su fucking trabajo.
3. PERSONAJES
Una historia vale tanto como sus personajes. Prácticamente toda historia memorable tiene personajes memorables por los que nos preocupamos mientras dura el relato. No importa que salga Dios, necesitamos a Moisés para que el cuento funcione. O Indiana Jones, Pinocho o McLovin.

En las películas de Tarantino no consigo contar ni un solo personaje interesante. Actores con carisma, algunos excelentes, muchos. Personajes escritos para que el espectador se interese por ellos, apenas ninguno. Porque a Tarantino no le importa el relato, sólo «su» guión, sus manerismos y sus fetiches. Así no se puede ser Sergio Leone, Quentin. En lugar de narrar, nos recuentas anécdotas como un avaro cuenta sus monedas de plata.
Cinco argumentos contra Tarantino, marchando.
4. EL DERROCHE DE TALENTO
Quedan pocos autores de verdad, apenas ninguno. Así que los pocos que hay consiguen a los mejores actores ya que al fin y al cabo éstos no tienen ningún otro lugar al que ir que no suponga enfundarse unas mallas super heroicas y recitar memes de preescolar. Te llames Scorsese, Woody Allen o Tarantino los actores que no se quieran conformar con ser sólo celebridades millonarias tienen que pasar por sus películas. Si trabajas para Scorsese suele salir bien (no siempre). Si trabajas para Tarantino… en fin. Uno no puede evitar preguntarse para qué sirve un reparto tan lujoso como el de Inglorius Bastards o The Hateful Eight que se pasea con más pena que gloria por unos estereotipos personajes menos imaginativos que Ryan Gosling haciendo de Mariano Rajoy en una película dirigida por Sergio Ramos.
5. ÉRASE UNA VEZ EN HOLLYWOOD
Los actores de esta película parecen tan aburridos de conducir su coche de un sitio para otro sin nada que hacer ni historia que contar que hacen parecer Paseando a Miss Daisy como La Jungla de Cristal.

La puesta en escena resulta ser una película entera de no sé cuántos cientos de horas (el tiempo es relativo, amigos, y cada segundo de esta película equivale a 10 días de la vida de un perro que son no sé cuántas semanas en la vida de un senador de Ciudadanos que son varios meses de la vida de una persona normal).

Nada, absolutamente nada, ocurre hasta casi el final de la pérdida de tiempo narración. Después de una eternidad más vacía que el club de fans de Gaspar Llamazares llega una bonita realidad alternativa de diez minutos donde la gente muere como mueren las parodias, y fin. Todas esas escenas promocionales con Di Caprio haciendo cosas cool en las pelis de antes no fueron más que hype para disimular lo evidente: Tarantino es mejor citando películas que haciéndolas y una vez más nos ha dado un kínder sorpresa sin sorpresa, sin juguete, y casi sin chocolate.
Y así acaba cinco argumentos contra Tarantino. Los puñales aquí, a cámara lenta y con sangre salpicando por todas partes por que sí, no se de cuenta la audiencia que la peli no cuenta nada.
Como no hay ying sin yang, puedes ver el punto de vista contrario en Cinco Argumentos a Favor De Tarantino.
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