Casas de apuestas – Cuando el juego te gana

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CASAS DE APUESTAS

«No sé si te habrás dado cuenta, pero ahora que la peña está más seca, proliferan las webs de apuestas. Nuestra ilusión se centra en un golpe de suerte improbable en vez de cambiar el sistema», cita extraída del rapero El Chojin de su disco I.R.A. Sin embargo, el pasado 26 de octubre, este mismo rapero promocionó junto con ZPU una empresa dedicada a las casas de apuestas: Luckia. Según los datos recogidos por DGOJ (la Dirección General de Ordenación del Juego), las apuestas han crecido enormemente durante estos últimos años, y con ello, también los casos de ludopatía. Según relatan en El Confidencial, las casas de apuestas han crecido sobre todo en los barrios pobres.

Casas de apuestas

Numerosas casas de apuestas para escoger, apuestas online y diferentes juegos a los que jugar mientras bebes: las casas de apuestas son como un bar pero con juegos de azar y máquinas para apostar en vivo.

Rafa M. Gorgues fue víctima de la ludopatía, y ya rehabilitado, inició una campaña para buscar la regulación de la publicidad de las casas de apuestas y concienciar sobre la situación. Rafa comentó a este diario que llegó incluso a plantearse el suicidio. «Comienzas ganando dos apuestas y ya te crees profesional», así comenzó Rafa a meterse en el mundo de las apuestas cuando tenía cerca de 26 años. Rafa M. Gorgues era emprendedor de gestor, su madre creía que le iba mal en la empresa, hasta que al final confesó su problema y contactó con Patim, una organización dedicada a la prevención y tratamiento de adicciones, y gracias a ellos salió adelante con «mucho trabajo y mucho esfuerzo», controlando el tiempo en el que llevaba sin jugar. Rafa veía las casas de apuestas como un pasatiempo, pero a la vez como una inversión, a pesar de que tuvo algunas deudas y sufría de insomnio.

Gorgues se muestra contento con su campaña y cree que es «un pequeño éxito», aludiendo a que han conseguido concienciar y realizar un cambio en el anuncio de 888, que ahora dice: «piensa, piensa, piensa», en vez de «juega, juega, juega». También critica que los medios de comunicación no hablen sobre la ludopatía, cree que pueda deberse a que los medios no quieran perder anunciantes.

Tres personas han llegado a ponerse en contacto con Rafa M. Gorgues para pedir su ayuda. El caso que más le ha llamado la atención es el de una madre, al que le ha dedicado una entrada en su blog titulado: «Madres coraje». En el post se narra la historia de una madre con miedo de que su hijo volviera a recaer en la ludopatía porque habían abierto un salón de juegos bajo su casa: «Las madres tienen miedo, es normal, nos han visto sufrir y en algunos casos, como hemos estado a punto de marchar para no volver, en Galicia en los años 90 las madres fueron las que iniciaron la voz contra las Drogas, y ahora son otras madres coraje las que luchan por que la ludopatía quede reducida a la mínima expresión.»

Durante estas últimas semanas, el objetivo de la lucha de Rafa es conseguir que el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez apruebe un Decreto Anti-ludopatía. Ha contactado con Carles Mulet García, político y senador valenciano de Compromís, para enviar un comunicado al Presidente y exigir medidas contra la ludopatía. También ha comenzado una recogida de firmas en change.org, la cual lleva más de 80.000 firmas.

Casas de apuestas

Juan -nombre falso para salvaguardar la identidad del usuario- es un ex trabajador de un salón de juegos de Luckia en Valladolid durante 2006, quien afirma que por ética no volvería a trabajar en un sitio así. Juan nos relató algunas anécdotas que le llamaron la atención del local, como por ejemplo: «Un matrimonio, que los apodábamos los militares, jugaban muy fuerte. Cogían todos los puestos que podían de la ruleta y los jugaban a la vez. Hablamos de gente que vienen a jugar 2.000 o 3.000 euros y no parecen importarles perderlos. Y que en un buen día se pueden llevar 5.000 en premios. A nosotros nos daba miedo porque en esta empresa si la caja no cuadraba, nos los descontaban a los empleados, y cuando tienes que cambiar 2.500 monedas en billetes a un cliente, teníamos que estar muy centrados para no dar un billete de 50 de más o menos y que no lo descontasen.»

«Otra cosa que también pasaba era que venían compañeros a cubrir por vacaciones, que eran de otra sala. Y muchas veces conocían a los clientes de la nuestra. Por ejemplo, un señor que conoces porque es habitual, pero que no juega mucho, 20 euros cada dos días pongamos, pero si también es habitual de otras salas, ese caso podría ser más preocupante de lo que podías ver estando solo en una sala. También me ha pasado de estar tomando algo en un bar años después y ver alguno de los habituales de cuando trabajaba en esto jugando a las tragaperras del bar. Muchas veces son muy supersticiosos, y si no sale premio en las primeras 13 tiradas de una máquina, se van a otra sala, o a un bar o donde sea. Y es difícil seguir esos casos, porque parece que jugasen poco en cada sitio.»

«Había como dos grupos, ‘gente joven’, me refiero de 30-40 años. Y luego ancianos, ya hablamos de jubilados. Podían venir un ratito los viernes o sábados por la tarde en grupo para hacer el tonto, echar 10 euros a la ruleta e irse. Pero no eran para nada clientela habitual. Y eso que en mi local había parte de tragaperras y parte de videojuegos. Pero en la parte de tragaperras, gente muy joven casi no entraban.» Juan trabajaba antes de la crisis económica de España, en la actualidad, un 30% de los jugadores tienen entre 18 y 25 años, aunque sigan siendo menos que la generación de 26 a 35 años, la cifra está creciendo. Los expertos señalan al servicio online como principal causa.

Esteban, un joven de 18 años y estudiante de una FP de informática en Barcelona, es jugador habitual, pero afirma que apostar lo ve más como un pasatiempo: «como inversión no lo veo.» Aunque para Esteban no es más que una afición más, cree que se debería regular la publicidad: «Creo que tendrían que limitar los anuncios, ya que incitan a la ludopatía. Sobre todo a los jóvenes.»

También ha surgido un nuevo servicio dentro de los videojuegos: las cajas de botín. Consisten en abrir una serie de cajas con dinero real a cambio de objetos virtuales aleatorios dentro del juego, destacan videojuegos como Clash Royale, Overwatch o Counter-Strike. La Dirección General de Ordenación del Juego advierte del peligro alegando que el proceso es similar a las apuestas en línea. Los jóvenes son el target principal de este fenómeno, tanto es así que la Asociación Internacional de Desarrolladores de Juegos presentó un comunicado para pedir a la industria que regulen este tipo de juegos y que haya una mayor transparencia «para que los consumidores, y especialmente los padres, entiendan qué hay en los juegos a los que juegan ellos o sus hijos.»

La comunidad de apostadores es muy amplia. En internet existen foros en los que hay tipsters, especialistas en apuestas deportivas que ofrecen sus consejos sin ánimo de lucro o a cambio de una remuneración. 

¿Por qué apostar genera adicción? La respuesta podría haberla respondido el psicólogo Burrhus Frederic Skinner, cuyo experimento conocido por «La caja de Skinner» consistía en premiar con comida a animales de forma variable cuando pulsaban una palanca, es decir, a veces eran premiados y otras veces no. El psicólogo descubrió que a pesar de todo, el animal seguía accionando la palanca. Si los juegos de azar generan adicción, ¿se debería advertir de sus consecuencias y regular de la misma manera que se hace con el tabaco o el alcohol?

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