BRIGHT – EL PRIMER BLOCKBUSTER DE NETFLIX
Ambientada en un presente alternativo donde los seres humanos, orcos, elfos y hadas han convivido desde tiempos inmemoriales, dos policías con perfiles muy distintos patrullan juntos. Uno es el humano Ward (Will Smith), y el otro el orco Jakoby (Joel Edgerton). Ambos inician una guardia nocturna que cambiará el futuro y el mundo que conocen. A pesar de sus diferencias personales, deberán trabajar juntos para proteger a una joven elfo y una reliquia perdida que, de caer en las manos equivocadas, podría destruirlo todo. Y ahora pasemos a la crítica de Bright.
UNA BUENA PROPUESTA DESAPROVECHADA
Imagina que los humanos hubiésemos estado conviviendo desde el comienzo de los tiempos con criaturas fantásticas de diferente índole: orcos, elfos y hadas… y que los acontecimientos narrados en las respectivas trilogías de El Hobbit y El Señor de los Anillos hubieran ocurrido realmente hace más de dos milenios. ¿Te imaginas cómo sería nuestro mundo en la actualidad? Esta es la delirante premisa de Bright, un popurrí de géneros que se fusionan entre sí para ofrecer una propuesta atractiva por su singularidad, pero que va perdiendo fuelle a medida que avanza el metraje al decantarse por un esquema argumental sencillo y manido; en vez de arriesgarse en ofrecer un producto extraordinario.
El largometraje arranca de forma muy interesante a nivel visual, con unos créditos iniciales que comparten fotogramas con los graffitis que reflejan la realidad social que se nos muestra en pantalla. Y es que en este presente alternativo, la élite está representada por los elfos, mientras que los orcos habitan los bajos fondos de la ciudad de Los Ángeles. ¿Y los seres humanos? Se encuentran en la parte intermedia que en nuestra realidad se la conoce como «La clase media». Y en este ambiente se desenvuelve una variopinta pareja de policías (formada por un humano y un orco) que recuerda a la vista en el film Alien Nación. También tiene ciertas similitudes con otras producciones como Límite 48 horas o Los amos de la noche, caracterizadas por el aspecto racial y la comedia.
Bajo el formato Buddy Movie, la cinta contiene momentos que recuerdan bastante a Training Day por la crudeza de algunas escenas (no es casualidad que el director de Bright, David Ayer, escribiera el guión de la película mencionada de Antoine Fuqua). Precisamente cuando parece que la enjundia narrativa va a centrarse en la denuncia social (conflictos interraciales e intraraciales, además de la fractura social), la trama se pierde en un tiroteo continuo junto a persecuciones extremas, perdiendo el encanto mostrado en el primer acto. Aparte de una serie de diálogos trillados e incongruencias que la van restando puntos.
A excepción del dúo protagonista, no se profundiza en el resto de los personajes y parece que actúen como meras comparsas cuando algunos de ellos son todavía más relevantes en la historia que la pareja de policías. El guión de Max Landis adolece de una fórmula sencilla plagada de tópicos y personajes chichés cuyo acicate se basa en un Macguffin (en este caso se trata de un elemento mágico) para terminar ofreciendo un entretenimiento efectivo pero predecible, al margen de que no explica debidamente los puntos clave del largometraje, ni tampoco aprovecha las bases sólidas de las que disponía para haber ofrecido una refrescante historia.
BUENAS ACTUACIONES PARA UNOS PERSONAJES ARQUETÍPICOS
Uno de los lastres que arrastra este blockbuster de Netflix es que la mayoría de sus personajes sin bastante planos. A excepción del agente Daryl Ward (Will Smith) un buen policía aunque tiene sentimientos racistas hacia los orcos. Le terminan asignando al novato Nick Jakoby (Joel Edgerton), el primer orco que forma parte de la policía de Los Ángeles. La química entre ambos actores es innegable y muestran credibilidad a la hora de mostrar las tiranteces que existen entre sus correspondientes personajes.
Por otro lado, intérpretes de la talla de Noomi Rapace y Edgar Ramírez encarnan a elfos, seres superiores en la jerarquía social. El problema es que el guión da apenas margen de tratamiento a sus personajes, ni explican las ambiciones de Leyla, la elfa letal que encarna la actriz sueca. No obstante, ambos personajes tienen suficientes tablas para levantar sus respectivos papeles, sobre todo Rapace, quien eclipsa al resto de actores cuando ella entra en acción.
Por último, cabe decir que la elfa Tikka (Lucy Fry) es un trasunto de Leeloo, el personaje al que dio vida en El Quinto Elemento, cuando se trata de un papel relevante en el relato; ergo su papel resulta bastante naíf en comparación con lo que podría haber ofrecido.
ACCIÓN REAL Y UNA AMBIENTACIÓN DE LUJO
La escenas de acción se sienten reales por el contundente sonido de las armas de fuego (destacando uno a cámara lenta con una alucinante resolución visual) y por la violencia desmedida en los combates cuerpo a cuerpo. El realismo también está presente en el fabuloso maquillaje para caracterizar a los orcos especialmente.
La fotografía ofrece un buen contraste entre el colorido que aportan las escenas rodadas a luz del día, con las secuencias de penumbra, las cuales son mayoría en la cinta. La ambientación oscura y sucia tan clásica del cine de David Ayer, también hace acto de presencia en la película, generando esa atmósfera enrarecida que casa a la perfección con lo que se muestra en el segundo y tercer acto.
UNA BANDA SONORA A RITMO DE RAP
El soundtrack de Bright está formado en su mayor parte por canciones de rap, las cuales encajan como un guante en el ambiente urbano en el que se desarrolla la trama. Como dato curioso, hay que decir que Portugal. The Man y Alt-j han contribuido a esta banda sonora con nuevo material no incluido en sus nuevos trabajos publicados este año.
TRÁILER DE BRIGHT
A FAVOR:
- El planteamiento visual.
- Las interpretaciones en general.
- Las escenas de acción.
- La ambientación oscura y el maquillaje.
EN CONTRA:
- No aprovecha el talento interpretativo del que dispone.
- Un endeble desarrollo de los personajes.
- Un desenlace demasiado previsible.
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[…] Coge ‘Training Day’ y mézclalo con ‘El Señor de los Anillos’, añádele la crudeza del cine de David Ayer y perfúmalo con el aroma pop de Max Landis y… ¡Voilà! El resultado es Bright. […]